La ocupación o intrusión de terrenos en áreas periféricas de las ciudades ha sido un comportamiento o conducta repetida, que se registra particularmente en aquellas localidades con mayor cantidad de habitantes, y también con más familias en situación de vulnerabilidad social.
En general, ocurren en terrenos fiscales, aunque también suceden en predios privados. Muchas veces hasta se desconoce a ciencia cierta a quién pertenecen.
Sin embargo, lo ocurrido desde hace una semana en la localidad de Santa Elena tuvo como particularidad de que alrededor de 50 familias, o más, con el paso de los días, ocuparon unas cuatro manzanas de la zona norte, en el barrio Fátima. Se trata de un sector de montes, que había merecido el reclamo de los vecinos de las zonas lindantes por la falta de limpieza o mantenimiento, y que tras la ocupación de estas familias, se conoció que tienen dueños, aparentemente no pertenecientes a Santa Elena.
El municipio advirtió que no son terrenos públicos o fiscales, por lo que reclamó mediante un comunicado oficial que los dueños se presenten ante la Justicia, para salvaguardar su derecho de propiedad. De acuerdo con los testimonios que pudo recoger UNO ayer, los movimientos de ocupación comenzaron con un par de personas, y con el paso de los días se fue incrementando y ampliando hasta llegar a más de 50 familias.
Inmenso
En realidad se trata de personas que viven en el barrio pero que habitan una casa o terreno compartido con otros familiares. Por lo que ese predio, lindante a poco más de 10 cuadras de la plaza principal, comenzó a ser ocupado. El barrio Fátima es uno de los más grandes de la localidad y se encuentra en el sector norte.
En diálogo con UNO, una vecina que vive allí desde hace más de 20 años, relató que el predio era de una mujer que falleció en 2013. Por entonces se inició una sucesión, y finalmente se fraccionó y vendió el terreno. Durante muchos años, los habitantes del barrio realizaron infructuosos pedidos para que la Municipalidad realice las tareas de limpieza, que nunca se concretaron. La problemática, dicen, exceden las cuestiones político-partidarias entre adherentes al actual intendente, Daniel Rossi, o a su predecesor, Silvio Moreyra. Hay un serio déficit habitacional en la localidad, que ninguno de los dos políticos ha podido resolver o encaminar pese a las promesas de campaña. Es por ello que están demandando la presencia de Rossi en el lugar, para que se brinde una solución.
Mientras tanto, según los testimonios que pudo recoger UNO, los vecinos se turnan para mantener una guardia en el lugar. Si bien no han iniciado construcciones, han hecho delimitaciones perimetrales con alambrados, e instalaron carpas precarias. Ayer al mediodía realizaron una olla popular.
Aparentemente durante la semana hubo alguna aparición de patrulleros de la Policía de Entre Ríos, quienes incluso pidieron documentación pero no avanzaron en ningún desalojo. De modo pacífico, los uniformados verificaron lo que estaba ocurriendo en la zona.
Ayer UNO no pudo contactarse con las autoridades municipales. Sobre el intendente Rossi, particularmente, recaen los reclamos de los vecinos afectados por la falta de viviendas que se habían prometido, pero también las protestas de los dueños de los lotes.
Trascendieron comunicaciones a medios de comunicación de la localidad, de los dueños (aparentemente de Rosario, Buenos Aires y otras jurisdicciones del país) que le reclaman intervención frente a la situación de usurpación.
“Nos piden que nos presentamos ante la Justicia, pero no estamos allí por la cuarentena, aunque ya nos estamos moviendo con abogados”, planteó una de las propietarias afectadas.
Fueron inversores que asistían con regularidad a la zona, y habían realizado la compra de terrenos como una inversión.
Fuente: Uno Entre Rios
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